Los calamares gigantes son uno de los últimos misterios de los mares. Y ahora sabemos mejor cómo cazan a sus presas

La leyenda del kraken sigue viva, pero cada vez es menos legendaria. Lo último: un vídeo de sus hábitos alimentarios

Pablo Martínez-Juarez

Muchos mitos y leyendas toman inspiración en la realidad. Es el caso de monstruos marinos como el Kraken, cuya leyenda probablemente pueda vincularse a auténticasbestiasque ascendían de las profundidades del océano y eran avistadas por las tripulaciones de los barcos con los que se cruzaban: los calamares gigantes.

Sin embargo estos encuentros nunca han sido frecuentes. De hecho la mayor parte de los encuentros entre seres humanos y calamares gigantes (Architeuthis dux) ha ocurrido tras la muerte del ejemplar, bien tras caer incidentalmente en las redes de algún pesquero bien después de que el cadáver de algún ejemplar llegara a las orillasarrastrado por corrientes.

Es por eso que tenemos detalles extensivos sobre algunas características anatómicas de estos animales, pero no sabemos casi nada sobre aspectos fundamentales como su comportamiento, hábitat o la abundancia de ejemplares en los océanos del mundo.

Los calamares gigantesno son los únicos calamares de gran tamaño. Comparten este honor con el calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni). Con los calamares colosales ocurre algo semejante: no tenemos una idea muy precisa sobre sus hábitos y tenemos muy poca idea sobre su ciclo vital, pero sí tenemos una idea sobre si tamaño.

¿Cuál de las dos especies es más grande?Se estimaque el calamar gigante supera, con tamaños máximos deentre 12 y 14 metros delongitud al calamar colosal. Éste segundo sin embargo supera en masa al primero, pudiendo superar la media tonelada. Esto hace potencialmente a estos animales los mayores invertebrados del mundo.M. hamiltonitieneel mayor ojo del reino animal, que puede alcanzar los 30 centímetros, mientras que el del calamar gigante se quedaría alrededor de los 25 cm.

Ambos animales comparten algunas característicascon el resto de calamares, como su morfología, con dos tentáculos y ocho brazos más cortos, un pico (también en estos casos de tamaños descomunales) o el sifón, un elemento que les permite propulsarse “a chorro” en el agua. Uno de los factores que hacen a estos animales tan rápidos y por tanto escurridizos.

Tanescurridizosque no fue hasta mediados dela década de 2000que logramos captar a estos animales en sus hábitats. Por la escasez de losavistamientos, uno de los misterios aún por resolver sobre esta especie es hasta dónde llega su rango de extensión.

Se cree, eso sí que los calamares gigantes pueden encontrarse en la mayoría de los océanos, tal es el rango de los avistamientos. Los colosales, sin embargo, tendrían un rango más limitado a los alrededores del océano Antártico. Uno de los mejores ejemplos de lo escurridizo que puede ser este animal es el de la caza. No fue hasta hace un par de años que pudimosgrabar en vídeocómo estos gigantes marinos se alimentaban en su territorio.

Cazador cazado

Y no fue sino con ingenio y paciencia que esto fue posible. En 2021 un equipo internacional de investigadores, en un experimento encabezado por Nathan Robinson, de la Fundación Oceanogràfic,publicó los resultadosde su estudio, entre los que se encontrabala primera grabaciónde un ejemplar de calamar gigante cazando.

Los investigadores colocaron cebos junto a una plataforma submarina. El problema al que se enfrentaban en la oscuridad de las profundidades del Golfo de México era alumbrar el escenario para las cámaras sin espantar a los animales que pudieran acercarse.

Aquí es donde el ingenio yel conocimiento de la anatomíade estos animales entró en juego. Si bien los ojos de los calamares gigantes son extremadamente sensibles, tienden a ver mejor en las el rango del espectro visiblecon longitudes de onda más cortas, es decir, los colores azules. El equipo utilizó por tanto luce de mayor amplitud de onda (tonos rojos) para alumbrar la escena sin asustar a los animales.

Los investigadores utilizaron como cebouna falsa medusaa la que bautizaron comoE-jelly. Esta falsa medusa brillaba (ésta sí en tonos azules) para imitar la bioluminiscencia que muestran especies como laAtolla wyvilleicuando se encuentran en estado de alerta.

La plataforma, situada cercade las Bahamas, a alturas entre  557 y 950 metros, captó diversas especies de calamares abisales a lo largo de los años, como ejemplares que podrían pertenecer a la especiePromachoteuthis sloanien 2004 y 2005, o un ejemplar dePholidoteuthis adamien 2013. No sería hasta el año 2019 que capturarían al esquivo calamar gigante, elArchiteuthis dux.

A pesar de este video sigue siendo muy poco lo que sabemos sobre cómo se alimentan estos animales. El vídeo captado por Robinson y su equipo venía a confirmar lo que captaron las cámaras (estas fotográficas, no de video) de un equipo de biólogos japoneses15 años antes: que los calamares gigantes no se conforman con tender emboscadas a sus presas (como antes se pensaba) sino que son fieros y activos cazadores.

Las profundidades del océano son inmensas y están sólo parcialmente exploradas. Los secretos que guardan especies como el calamar gigante son muchos y corremos el riesgo de que algunas especies se los lleven a la tumba de la extinción.

Ahí radica la importancia del trabajo,a veces contrarreloj, de muchos biólogos que tratan de catalogar y entender las numerosas especies, no sólo del reino animal, que habitan nuestro planeta.

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Imagen |Robinson et al., 2021/Daniela Kloth

*Una versión anterior de este artículo se publicó en agosto de 2023